Vale. Ya toca ir dando vida a este blog. No es excusa tantos proyectos sobre la mesa. Al menos una vez a la semana quiero hacer una reflexión, e invitar a la gente a comentar, sobre la situación en general.
Quiero de alguna forma participar en el fenómeno, ya nada nuevo, de las redes sociales y la construcción de la sociedad 3.0, abierta, participativa y en constante búsqueda de soluciones para los desafíos generados por la "globalidad". No serán grandes tesis socio-políticas, ni un repaso exhaustivo de lo que se ha dicho en los medios de comunicación. Serán, más bien, opiniones personales. Opiniones unas veces con más acierto que otras, estoy seguro, pero siempre tras haber buscado argumentos sólidos que las respalden.
Por otra parte, como ya he hecho y sin perjuicio de mi continua colaboración con el blog cultural Beat4People, (que recomiendo mucho), iré escribiendo sobre los proyectos y retos personales que me iré poniendo para buscar sitio en el cambiante (y nada estable de momento) panorama audiovisual.
De esta forma, además, cumplo un tercer objetivo. Escribir, aunque sea una página semanal... o un par de líneas. Pero escribir, buscar argumentos y palabras para expresarme de manera concisa y directa. Así voy ejercitándome poco a poco para retomar los escritos que están en el cajón.
De momento quiero empezar con el 15-M. Estaréis ya saturados, por lo que voy a hacer una sencilla reflexión. Me ha venido al leer, el pasado domingo, la "Cuarta Página" de El País, De la angustia cívica al pacto político, de Gregorio Marañón y José Juan Toharia.
En el citado artículo, llaman a la clase política a un pacto de Estado de vedad. Un pacto sin colores, caretas, o chiquilladas que pueden ser toleradas cuando las cosas van bien y no nos importan (aunque deberían), pero no en momentos de naufragio como el presente.
¿Cómo lo hilo con el 15-M? Pues con el dicho "Si no puedes con tu enemigo, únete a él". Supuestamente, para los gobernantes y grandes empresarios y/o banqueros, los 15mayistas son el enemigo. El que siembra el caos, paraliza todo monta algarabía sin sentido.
Pero, un movimiento que tiene tanta adhesión, desigual según el país, pero con una innegable presencia cada vez mayor en medios y en política (por ejemplo, el Congreso de España gracias a Izquierda Unida), ¿no tendrá algo de razón? ¿cómo es posible sino que siga vivo y tan activo y desafiante? ¿El aumento de los desahucios y las colas en Cáritas no tienen nada que ver?
Pienso que es bueno hacer caso del dicho y unirse al 15-M. Que, por otra parte, no son el enemigo. Lo que buscan es un sitio para formular, de manera cívica, unas propuestas. Ocupan las plazas porque desde la Edad Clásica (Grecia y Roma) fue donde se hacía la política. Si en vez de impedimentos y brutalidad, se pacatara (como acertademante se empieza a hacer) un horario, los pocos violentos cada vez serían más dejados de lado por el 15-M. Hasta puede que señalados para que las fuerzas del orden los apartaran, ejerciendo su correcta función.
Pero la clase política debería hacer algo más que dotarles de espacios públicos con un horario pactado. Siguiendo el exitoso modelo de los "equipos de debate" norteamericanos, la comunidad universitaria española debería, sin adueñarse del movimiento popular, dotar de herramientas a estas asambleas populaares. Facilitarles la labor de investigación, planificación, estructuración y divulgación de sus tesis y propuestas.
Si no lo hace la comunidad universitaria, perdiendo otra oportunidad de crecer, al menos sí deberían los centros socio-culturales de las ciudades. Lo malo es que, dada la politización de estos centros (y por desgracia también de muchas universidades), entiendo que los líderes del 15-M y los grupos que lo conforman no quieran ni oír hablar de esto.
Pero me da que, o se unen y escuchan unos a otros (como dicen Gregorio Marañón y José Juan Toharia en referencia a los partidos políticos), o esto acaba en lamentables desórdenes públicos y la alienación de una generación... que ya está recibiendo muchos palos para salir adelante.
En fin, que por hoy esto es todo... ¡hasta la próxima semana!
Quiero de alguna forma participar en el fenómeno, ya nada nuevo, de las redes sociales y la construcción de la sociedad 3.0, abierta, participativa y en constante búsqueda de soluciones para los desafíos generados por la "globalidad". No serán grandes tesis socio-políticas, ni un repaso exhaustivo de lo que se ha dicho en los medios de comunicación. Serán, más bien, opiniones personales. Opiniones unas veces con más acierto que otras, estoy seguro, pero siempre tras haber buscado argumentos sólidos que las respalden.
Por otra parte, como ya he hecho y sin perjuicio de mi continua colaboración con el blog cultural Beat4People, (que recomiendo mucho), iré escribiendo sobre los proyectos y retos personales que me iré poniendo para buscar sitio en el cambiante (y nada estable de momento) panorama audiovisual.
De esta forma, además, cumplo un tercer objetivo. Escribir, aunque sea una página semanal... o un par de líneas. Pero escribir, buscar argumentos y palabras para expresarme de manera concisa y directa. Así voy ejercitándome poco a poco para retomar los escritos que están en el cajón.
De momento quiero empezar con el 15-M. Estaréis ya saturados, por lo que voy a hacer una sencilla reflexión. Me ha venido al leer, el pasado domingo, la "Cuarta Página" de El País, De la angustia cívica al pacto político, de Gregorio Marañón y José Juan Toharia.
En el citado artículo, llaman a la clase política a un pacto de Estado de vedad. Un pacto sin colores, caretas, o chiquilladas que pueden ser toleradas cuando las cosas van bien y no nos importan (aunque deberían), pero no en momentos de naufragio como el presente.
¿Cómo lo hilo con el 15-M? Pues con el dicho "Si no puedes con tu enemigo, únete a él". Supuestamente, para los gobernantes y grandes empresarios y/o banqueros, los 15mayistas son el enemigo. El que siembra el caos, paraliza todo monta algarabía sin sentido.
Pero, un movimiento que tiene tanta adhesión, desigual según el país, pero con una innegable presencia cada vez mayor en medios y en política (por ejemplo, el Congreso de España gracias a Izquierda Unida), ¿no tendrá algo de razón? ¿cómo es posible sino que siga vivo y tan activo y desafiante? ¿El aumento de los desahucios y las colas en Cáritas no tienen nada que ver?
Pienso que es bueno hacer caso del dicho y unirse al 15-M. Que, por otra parte, no son el enemigo. Lo que buscan es un sitio para formular, de manera cívica, unas propuestas. Ocupan las plazas porque desde la Edad Clásica (Grecia y Roma) fue donde se hacía la política. Si en vez de impedimentos y brutalidad, se pacatara (como acertademante se empieza a hacer) un horario, los pocos violentos cada vez serían más dejados de lado por el 15-M. Hasta puede que señalados para que las fuerzas del orden los apartaran, ejerciendo su correcta función.
Pero la clase política debería hacer algo más que dotarles de espacios públicos con un horario pactado. Siguiendo el exitoso modelo de los "equipos de debate" norteamericanos, la comunidad universitaria española debería, sin adueñarse del movimiento popular, dotar de herramientas a estas asambleas populaares. Facilitarles la labor de investigación, planificación, estructuración y divulgación de sus tesis y propuestas.
Si no lo hace la comunidad universitaria, perdiendo otra oportunidad de crecer, al menos sí deberían los centros socio-culturales de las ciudades. Lo malo es que, dada la politización de estos centros (y por desgracia también de muchas universidades), entiendo que los líderes del 15-M y los grupos que lo conforman no quieran ni oír hablar de esto.
Pero me da que, o se unen y escuchan unos a otros (como dicen Gregorio Marañón y José Juan Toharia en referencia a los partidos políticos), o esto acaba en lamentables desórdenes públicos y la alienación de una generación... que ya está recibiendo muchos palos para salir adelante.
En fin, que por hoy esto es todo... ¡hasta la próxima semana!